martes, 28 de enero de 2020

Juego de Cromos (06): ¿Qué pasa con la basura en Leganés?

Primer asunto local en #JuegodeCromos. Quizás el que ahora mismo más preocupe a nuestros vecinos y vecinas. Os dejo con el podcast y, como siempre, para los que no quieran escucharlo con el relato del programa. El enlace al podcast en el pie de fotografía.

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JDC 06: El problema de la basura en Leganés
Parece que la recogida de residuos sólidos urbanos en Leganés está siendo un problema. Muchos son los partidos políticos en la oposición y periodistas que raro es el día que no sacan un tuit referido a este asunto. 
Hoy trataremos de analizar los antecedentes y cuál es su solución. Comenzaremos en el último mandato de Ráez (2003-2007) cuando el concejal Francisco Arroyo era el delegado en la materia. Los mandatos de Ráez se han caracterizado por sus empujes en determinadas materias. No fueron mandatos de grandes inversiones en edificios (tenemos ejemplos muy cercanos a nuestro alrededor como Getafe, Alcorcón o Fuenlabrada que sí lo hicieron) y antes se prefería invertir en otras infraestructuras básicas para el funcionamiento de la ciudad. A pesar de lo anterior, se realizaron edificios modestos y no tan modestos como centros cívicos, la casa del Reloj, el nuevo edificio consistorial, amén de la ya finalizada Biblioteca Centra. Pero, como he dicho los mandatos de Ráez se caracterizan por empujes a determinados asuntos. En Durante el primer mandato primaba más lo cultural (centros cívicos como el Saramago y las esculturas de las rotondas lo atestiguan). Desde 1995 y, sobre todo desde 1999, el acento se puso más en la ciudad, sobre todo en la limpieza de la ciudad. Fruto de esta prioridad encontramos los proyectos de recogida neumática de Zarzaquemada, aprovechando el diseño de un nuevo barrio como Leganés Norte, los contenedores de carga lateral y un esfuerzo ímprobo en la limpieza diaria de nuestras calles. Durante la legislatura 1995-1999 se desarrollaron las obras de la recogida neumática (es decir, esas instalaciones tienen ya más de 20 años). En aquellos momentos el PSOE tenía 10 concejales (su peor resultado en aquel momento). Todo parecía vaticinar que aquel proyecto se iba a llevar la alcaldía por delante. Pero la ciudadanía valoró el esfuerzo que se realizó sobre todo en este campo y en 1999 el PSOE consiguió su última mayoría absoluta (crecimiento sobre todo a costa de IU). 
¿Qué quiero decir con todo esto? Que para la ciudadanía es muy importante la gestión de los residuos sólidos urbanos, la limpieza de nuestras calles, el estado de nuestras aceras y de nuestras calles. Este elemento es común tanto en los votantes de izquierdas como de derechas. Quizás no te haga ganar elecciones, pero puede ayudar a que pierdas. 
Durante los siguientes mandatos (1999-2003 y 2003-2007) el esfuerzo económico se realizó más que en infraestructuras (salvo en parques y jardines) en los contratos públicos de limpieza viaria, recogida de residuos sólidos urbanos, pero también en mantenimiento de parques y jardines. Y ese esfuerzo económico se notó sobremanera en la ciudad. Comparados con las ciudades de alrededor, Leganés era con diferencia la ciudad más limpia y más verde. Se realizaron mejoras en los parques de El Carrascal, en Los Frailes, en Leganés Norte, en Campo de Tiro, en Leganés central. A finales de 2007 alcanzamos la nada desdeñable cifra de 45 m2 por habitante de zonas verdes. Nuestras calles aparecían muy limpias. 
Llegó entonces el mandato de Rafael Gómez Montoya (2007-2011) y volvió a retomarse la inversión en infraestructuras y ligeras mejoras en los contratos de mantenimiento de la vía pública y de recogida de basuras. Sobre todo este mandato destacó por las inversiones en las zonas interbloques de prácticamente todos los barrios de Leganés. Ayudaron mucho los planes Zapatero, todo hay que decirlo. Miguel Fernández Gil fue el concejal delegado encargado de realizar estos planes. Las acometidas de las zonas interbloques tenían un doble objetivo: el primero arreglar las zonas deprimidas con el paso del tiempo para que, de esta manera fueran más fáciles de mantener y de limpiar (además de embellecer esos espacios); el segundo objetivo, quizás incluso más importante, fue el de seguridad. Se eliminaron elementos en los que se podían ocultar atracadores (como los setos que existían por toda Zarzaquemada o San Nicasio). También se diseñaron en las zonas interbloques vías de evacuación por las que pudieran pasar los vehículos de emergencia. El resultado fue premiado en todas y cada una de las encuestas que se realizaban. Ese fue el mandato en el que una encuesta dio la mayor nota en gestión en la historia de la democracia: notable alto. Algo que luego no se acompañó en los resultados electorales. 
Hasta este momento en la historia de Leganés había un elemento en común que se dinamitó a finales de este mandato. Toda esta gestión se realizó durante las “vacas gordas” de la economía española. El Ayuntamiento de Leganés llegó a tener un presupuesto de hasta 220 millones de euros. Pero la crisis económica llegó y sus consecuencias comenzaron a notarse durante el último año y los dos mandatos siguientes, que a continuación pasaremos a analizar. 
El PSOE perdió de nuevo unas elecciones, pero esta vez la derrota les llevó a tener tan sólo 8 concejales, lo que supuso que el PP, como partido más votado, ocupara la alcaldía de Leganés con Jesús Gómez Ruiz. Aunque el Ayuntamiento de Leganés fuera un ayuntamiento saneado, notó el azote de la crisis económica y 2011 fue el primer año que se cerró con remanente negativo de tesorería (es decir, habíamos gastado más de lo que habíamos ingresado) y el primer presupuesto que elaboró el Partido Popular estuvo muy marcado por esto. El presupuesto del Ayuntamiento de Leganés bajó de 220 millones de euros a 190 millones de euros. En aquel momento el comportamiento de los partidos políticos de la oposición (PSOE e IU –ULEG en un primer momento apoyaba el gobierno del PP) fue el de arrimar el hombro. Conscientes de las dificultades económicas, se abstuvieron para facilitar un presupuesto más adaptado a la realidad de aquel momento, a pesar de ser un presupuesto difícil de digerir. El PP comenzó a estudiar cómo ahorrar en los contratos de mantenimiento de la ciudad, entre otros. La decisión que tomaron fue la de aunarlos en un solo contrato tanto jardinería, como mantenimiento de vía pública y un gran contrato de limpieza y recogida de residuos sólidos urbanos. Para ello tomaron la que yo creo que fue la peor decisión. Dejaron caducar los contratos en vigor y comenzaron a aparecer los reconocimientos extrajudiciales de crédito (que para que nuestros oyentes nos entiendan es el pago de facturas a empresas sin contrato en vigor de servicios de los que se decide su continuidad). En el último año del mandato se sacaron adelante por fin todos los contratos. En todos ellos se ahorró mucho dinero, pero las consecuencias son la que, cinco años después, estamos viendo en la calle. Aquéllos contratos supusieron por ejemplo que haya menos barrenderos por las calles. Para que se hagan nuestros oyentes una idea, donde antes había 9 personas para limpiar un distrito, ahora hay 5. También los adjudicatarios de los contratos han ahorrado en material empleado, o este material es de peor calidad. El resultado es que las calles cada vez están más sucias. Además, en la recogida neumática se ha realizado un escaso mantenimiento y tras cuatro años, como hemos leído esta última semana, el sistema está en unas condiciones lamentables. 
En 2015 llegó un nuevo gobierno del PSOE con Santiago Llorente Gutiérrez. Los contratos estaban ya firmados y tuvimos que lidiar con la herencia recibida del PP. Un contrato con contenedores sin pedal (en un principio incluso sin tapa), un contrato de mantenimiento de vía pública muy limitado económicamente… y un sinfín de problemas con los que tenía y tiene que lidiar Francisco Javier Márquez. Es cierto que transcurridos 4 años podíamos realizar nuevos contratos con mejores condiciones, pero aunque la situación económica era bastante mejor, todavía no se llega a los niveles pre crisis. Además durante el mandato 2015-2019 las prioridades del equipo de gobierno del que yo formé parte eran sobre todo sociales, es decir, invertir más en las personas que en la ciudad y en el único presupuesto aprobado durante el anterior mandato, el dinero empleado para la limpieza viaria y recogida de residuos sólidos urbanos era prácticamente el mismo. El incremento presupuestario se empleó sobre todo en Servicios Sociales, en el sentido más amplio del término (asuntos sociales, educación, deportes, juventud, mayores, igualdad). 
¿Cuál es la solución? Sólo hay una posible solución para volver a alcanzar la excelencia que dejó el gobierno de Rafael Gómez Montoya y José Luis Pérez Ráez. Invertir más dinero para que los nuevos contratos tengan más personal limpiando las calles, recogiendo nuestra basura. Para que las empresas hagan un mantenimiento adecuado de la recogida neumática. Eso significa optar, porque si incrementamos estas partidas (partidas por ciertos en las que se gasta muchísimo dinero) hay que reducir otras. Como siempre digo, la economía es la gestión de los recursos escasos o limitados. Y en este caso, nuestros ingresos, nuestro nivel impositivo limita cuánto dinero debemos gastar. Y aunque nos parezca que pagamos muchos impuestos, os puedo asegurar que nuestro nivel impositivo es más bien tirando a bajo si nos comparamos con las ciudades de nuestro alrededor. 
Podemos ahora empeñarnos en sacar más jugo a las empresas que trabajan actualmente en el Ayuntamiento de Leganés, pero la realidad es que eso parchearía el problema. La única solución es gastar más dinero en limpieza. Al principio he dicho que para la ciudadanía es muy importante la gestión de los residuos sólidos urbanos, la limpieza de nuestras calles, el estado de nuestras aceras y de nuestras calles. Es verdad que gobernando no se puede perder nuestra identidad: las políticas sociales. Pero si de verdad el PSOE no quiere perder las próximas elecciones ha de empezar a poner solución a este problema. Hacerlo bien en este campo puede que no te garantice que se gane. Hacerlo mal sí que puede llevar a perder unas elecciones. 

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