Pero los regalos que más esperan los españoles seguirán quedándose en Oriente y en sus palacios. Mientras en la misma semana hemos conocido que los ricos son cada vez más ricos (150 mil millones más amasan), los pobres son más pobres (bajan los sueldos y suben los salarios). Tambiénn hemos conocido las cifras del paro (de las oficinas de empleo) que bajan y, en cambio, se reducen las altas en la Seguridad Social. Es decir, los españoles sin trabajo están cansados de esperar y, como ya no cobran un subsidio, deciden no ir a las oficinas porque allí no les dan solución alguna.
Yo tengo una escasa formación en enconomía (algo aprendí en Gestión y Administración Pública y en Ciencias Políticas). Pero el sentido común me dice que si los sueldos bajan y hay más personas en paro la economía no puede crecer. Tan sencillo como que dos y dos son cuatro. Si no hay consumo, no hay trabajo. Estamos viviendo en toda Europa un austericidio y sólo había que copiar las recetas que se utilizaron en anteriores crisis para salir de ésta. Sí, estoy hablando de una economía intervenida por el Estado (quizás esta vez quien debía de haber intervenido es la Unión Europea y el Banco Central Europeo). Sí, estoy hablando de aumentar el gasto público, sobre todo dirigido a inversiones generadoras de empleo. Sí, estoy hablando de incrementar una deuda que luego pagaríamos en años de bonanza.
Nos cuentan que los españoles hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Y es verdad. Todos (empresas, gobiernos y familias) hemos vivido los años de bonanza como si fuerann a durar eternamente. Lección aprendida. Sólo espero que no se haga cierto el refrán de que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Pero ahora, la solución sólo pasa por que intervenga el Estado para que la economía arranque ya que las empresas y los empresarios sólo están pensando en recoger sus beneficios para arreglar sus contabilidades y no invertir un solo euro para crear empleo. Más bien lo que están pensando en en recortar gastos, recortar empleo, recortar salario para aumentar sus beneficios.
De ahí que ahora sea más necesario que nunca una reforma tributaria con un único objetivo: repartir la riqueza más. Porque si algo ha provocado esta crisis, no es otra cosa que una mayor desigualdad social, acentuada sobremanera estos dos últimos años.
Queridos Reyes Magos, os pido un imposible para esta noche: Salud y Trabajo para todos y todas.
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